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Radón. Un gas muy peligroso que debemos controlar

Profundizamos en las causas que generan este problema y que podría aportar la cerámica como elemento constructivo

El pasado jueves, 8 de febrero, entró en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas radón en las viviendas. El motivo es que se considera que a partir de determinadas concentraciones mínimas este gas incrementa el riesgo de padecer cáncer de pulmón, siendo actualmente la segunda causa (después del tabaco) de adquirir esta grave enfermedad.

Esta nueva normativa obliga a los gobiernos a realizar mediciones en lugares de riesgo y a mitigar la concentración de radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300 becquerelios por metro cúbico, la unidad utilizada para medir este gas.

A continuación, se muestra un “Mapa del potencial del radón en España” elaborado por el CSN, donde aparece en color rosado y naranja aquellas zonas de España en las que se está por encima de este valor.

A la vista de este mapa, en principio, los límites impuestos por esta normativa parecen tranquilizadores en cuanto a que aproximadamente el 90 % del territorio nacional está libre de aplicación de medidas correctoras y, por tanto, de peligro.

Pero no está tan claro. De hecho, en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en los 148 becquerelios y la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija en 100 la frontera a partir de la cual el radón comienza a ser peligroso para la salud. Bajo el criterio de la OMS se ve un escenario completamente diferente del territorio nacional. Tan solo las zonas en verde estarían fuera de peligro, es decir, menos de un 10 % de dicho territorio.

Pero ¿Qué es y de dónde viene el gas radón?

El radón es un elemento químico de la tabla periódica que se encuentra enmarcado entre los gases nobles. Como singularidad destaca por su radioactividad y se conoce desde el año 1900 cuando fue descubierto. Sin embargo, fue mucho antes (1530) cuando ya se describía sus nefastos efectos sobre los mineros. Se le conocía como “mal de las montañas” y hacía referencia a la degeneración que sufrían los mineros fruto de su trabajo, donde se veían expuestos a radiaciones de valores sobre 1.000.000 Bq/m3 . Fue ya entre 1900 y 1950 dónde diferentes estudios mostraron la vinculación entre la exposición al radón y el cáncer de pulmón.

El mecanismo que da lugar a este problema es que mientras la radiación alfa que emiten estas partículas es bloqueada por la epidermis, cuando el gas es inhalado, se deposita en las células pulmonares y es ahí donde esta radiación es muy perjudicial.

El motivo por el que nos lo podemos encontrar en nuestras viviendas es porque se genera de forma natural a partir de determinadas rocas, especialmente las ricas en uranio, siendo el caso más representativo el granito. Una vez se ha generado en el subsuelo emana a la superficie y se desplaza introduciéndose directamente en las viviendas si no están lo suficientemente aisladas.

El gas radón puede penetrar en las viviendas por diferentes lugares, y esto ocurre porque el radón es capaz de viajar a través de los poros del suelo hasta alcanzar la superficie por la diferencia de presión entre los poros el espacio cerrado, estableciéndose un flujo desde el terreno hasta el interior de la edificación. En la siguiente imagen se muestra de que forma puede penetrar en las viviendas:

Por lo tanto, para prevenir la entrada de este gas, y así reducir de forma considerable los valores de exposición, es necesario tener en cuenta una serie de medidas a la hora de construir. Como ya se ha comentado anteriormente, EEUU es pionero en este campo. Valga como ejemplo la guía que lleva como título “Guía del Radón para el Comprador y Vendedor de Viviendas”, publicada ya en el año 2002.

En este sentido, el Ministerio de Fomento adelantó ya hace unos días que el Plan Estatal de Viviendas 2018-2021, subvencionará las actuaciones en el interior de las viviendas para reducir de forma efectiva el promedio anual de concentración de radón a niveles inferiores a 300 Bq/m3 (a partir del cual se considera de riesgo) o que reduzcan la concentración inicial en al menos un 50%.

Las potenciales soluciones son múltiples, distinguiéndose entre las que se aplican a obra nueva o a edificios ya construidos. Atendiendo a su naturaleza, el tipo de soluciones a aplicar pueden ser activas (sistemas de extracción, presurización, bombas de vacío) para extraer el gas cuando ya está dentro, o pasivas (materiales de aislamiento) para no dejar que pase.

La solución que en un principio parece más sostenible es la de aplicar soluciones pasivas, evitando la entrada del gas sin necesidad de tener que recurrir a ningún consumo energético.

Son múltiples las empresas que ofrecen productos con propiedades barrera desarrollados y promocionados para este fin. Las soluciones a las que están enfocados los mismos son, para vivienda nueva:

  • Eliminar los gases provenientes del terreno a través de, por ejemplo, un forjado sanitario ventilado.
  • Emplear barreras anti-radón en los elementos constructivos de cerramiento.

Y en edificios ya construidos:

  • Sellado de juntas, grietas y paso de instalaciones.
  • Aislamiento de estancias enterradas, como sótanos y garajes.
  • Aplicar barreras anti-radón en el contacto con el terreno.

Las propiedades de la cerámica podrían funcionar como aislamiento frente a este gas

De nuevo, las excelentes propiedades de la cerámica nos inclinan a pensar en las posibilidades que la misma puede tener como solución óptima para el aislamiento frente a este gas. Tanto en obra nueva como en rehabilitación, el revestimiento con cerámica de estos sótanos y garajes de forma integral puede significar una rehabilitación exitosa en cuanto al aislamiento al radón, a la vez que se revaloriza el espacio estéticamente. Sin lugar a dudas, la junta es un punto débil que requerirá del material de rejuntado adecuado para conseguir una superficie completamente estanca.

En el caso concreto que nos ocupa, es necesario también resaltar la ventaja que de por si presenta la cerámica frente a otros materiales constructivos como puede ser mármoles, granitos, pizarras, etc. Los cuales presentan emisiones propias de radón. En el caso de la cerámica estas emisiones son prácticamente nulas, siendo tan solo ligeramente apreciables en aquellos productos cerámicos que utilizan zirconio en su composición.

 

Vicente Lázaro

Responsable de la Unidad de Vigilancia e Inteligencia Competitiva en ITC

BIBLIOGRAFIA:

https://www.construnario.com/notiweb/47481/controlar-al-radon-en-las-viviendas-la-segunda-causa-de-cancer-de-pulmon-que-se-cuela-en-un-90-de-los-edificios?utm_campaign=vigilancer-boletin-86&utm_medium=email&utm_source=acumbamail#.WpaRA4POUdU

https://www.construnario.com/notiweb/47560/el-gas-radon-en-la-edificacion

http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es/index.php/informesdelaconstruccion/article/view/1225/1310

http://www.huffingtonpost.es/2018/02/08/un-afectado-por-el-gas-radon-mi-casa-mataba_a_23349293/

https://www.csn.es/documents/10182/914801/FDE-02.17%20Cartograf%C3%ADa%20del%20potencial%20de%20rad%C3%B3n%20de%20Espa%C3%B1a

https://es.wikipedia.org/wiki/Rad%C3%B3n

http://obrasurbanas.es/ocu-pide-concienciacion-medidas-solucionar-problema-del-gas-radon/

https://assets.bouldercounty.org/wp-content/uploads/2017/02/home-buyers-and-sellers-guide-to-radon-spanish.pdf

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20167403