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Manuel Breva, Secretario General en Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC)

Transición energética, clave para la competitividad del clúster cerámico

Hace tan solo dos años, cuando estábamos saliendo del segundo confinamiento de la pandemia, ANFFECC ya habló para Vigilancer acerca de la importancia de la transición energética para mantener la competitividad internacional del sector. Fruto de implementar tecnologías como la oxicombustión, sustitución de materias primas, etc, en los últimos 15 años el sector de fritas, esmaltes y colores cerámicos había ya conseguido reducir en más de un 45% sus emisiones de CO2 a la atmósfera. Todo un logro.

 

Pero ante una normativa cada vez más exigente, y el objetivo europeo de reducir las emisiones en un 55% -con respecto a 1990- para el año 2030, entre otras muchas obligaciones legales y medioambientales, nuestra industria se encontraba en una encrucijada: con la tecnología existente, y utilizando gas natural, ya no era posible seguir reduciendo emisiones. Era necesario encontrar otra fuente de energía menos contaminante, y adaptar los procesos productivos a la misma.

 

Y en esta búsqueda se embarcó el clúster cerámico, apostando por numerosos proyectos de descarbonización, desarrollados a través de diferentes agentes tanto energéticos como tecnológicos, con el fin de encontrar la mejor vía para conseguir dicho cambio de combustible en el menor tiempo posible. Se hablaba del hidrógeno verde, el biometano, la captura de CO2 o el blending de combustibles, pero desde el clúster siempre hemos defendido que antes de apostar por una y otra alternativa energética es preciso saber si nuestros procesos serán eficientes, nuestros productos rentables y, lo más importante, manteniendo la calidad que nos ha encumbrado a ser lideres mundiales.

 

Esto era hace dos años. ¿Qué sucede ahora? Pues que ante la situación crítica que estamos viviendo como consecuencia de los desorbitados precios del gas, esta urgencia se ha magnificado de forma exponencial. Hace dos años, la sustitución del gas natural por energías renovables era algo que queríamos conseguir a medio-largo plazo. Ahora estamos realmente en situación de emergencia. No podemos más. Desde el estallido de la guerra de Ucrania hace ya casi un año, los precios del gas natural no han dejado de subir, fruto de la especulación y de que Europa no cuenta con suministro propio. Además de la subida, la inestabilidad es muy grande, con grandes diferencias de precio de un día para otro que dificultan aún más realizar cualquier tipo de previsión de precios o embarcarse en contratos de suministro a medio y largo plazo.

 

Tal es la situación, que, a pesar de ser un sector pionero, innovador, internacionalizado y que se caracteriza por su creatividad y por sabérselas valer por sí mismo ante cualquier circunstancia, por primera vez en la historia de ANFFECC, hemos tenido que solicitar de la Administración ayudas directas para las empresas, con el fin de paliar la situación que la industria atraviesa.

 

La provincia castellonense se ahoga lentamente. Cada día se anuncia un nuevo ERTE, un nuevo despido, un nuevo cierre. Y mientras pasan los meses, cae la rentabilidad, cae la demanda, cae la producción…y la espiral gira sobre sí misma en un abatimiento paulatino que resulta difícil de soportar, máxime cuando vemos con sorpresa que, a nuestros competidores europeos como Italia o Portugal, les llegan ayudas directas de sus gobiernos por cantidades muy superiores a las nuestras.

 

Desde el sector de fritas, esmaltes y colores cerámicos ya se están tomando medidas, algunas de ellas muy drásticas. El sector está ampliamente internacionalizado y cuenta con plantas productivas por todo el mundo, en zonas donde no solo la energía es más barata, sino también la mano de obra, el transporte y las materias primas. Lamentablemente, algunas empresas multinacionales ya han tomado la decisión de empezar a producir más en el extranjero, dado el elevado coste de producir en España, y también de realizar ciertas inversiones en sus plantas del exterior. Si esta tendencia se consolida, el clúster cerámico comenzará a languidecer. Y no parece que eso sea bueno para nadie.

 

Si algo ha catapultado a nuestro clúster, para ser considerado el ‘Syllicon Valley’ de la cerámica a nivel internacional, ha sido la unión de la industria azulejera, esmaltera y de maquinaria, junto a producción de arcilla, a la infraestructura portuaria, y al excelente espíritu empresarial, de sinergia y de progreso de esta provincia, que la ha llevado a las más altas cotas de la excelencia mundial en lo que a producción cerámica industrial se refiere.

 

Si queremos que esto continúe, es necesario salir de esta crisis lo antes posible. Y para ello necesitamos, en primer lugar, que lleguen con la mayor urgencia posible las ayudas estatales para paliar el golpe energético. Y con urgencia es ya, este trimestre, no dentro de seis meses como parece que se anuncian.

 

Y en segundo lugar, desarrollar a la mayor brevedad los proyectos de descarbonización en los que el clúster cerámico está inmerso. Estos proyectos ya están esbozados. Hemos empezado a trabajar hace ya tiempo, pero se necesitan fondos para poderlos desarrollar, pues la inversión es grande y es preciso investigar para el desarrollo de los mismos y la materialización concreta e implementación de lo que por ahora, son tan solo hojas de ruta.

 

Estas son nuestras necesidades. A ellas unimos los mimbres con los que contamos: nuestro gran espíritu emprendedor, nuestro afán innovador y exportador, y una extraordinaria resiliencia, demostrada a través de las diversas crisis que hemos atravesado, de las que el sector ha salido siempre airoso.

 

Confiamos en que, una vez más, saldremos reforzados de esta crisis, logrando además ser pioneros en investigación en cuanto a descarbonización industrial se refiere. Sería un bonito logro, que podría suponer además una transferencia de conocimiento hacia otras industrias dependientes del gas natural que están en la misma situación. Nos llevaría a la anhelada transición energética y supondría, una vez más, no solo el reconocimiento de nuestra capacidad de innovación, sino el mantenimiento de nuestro clúster en España y en Europa.

 

Manuel Breva, Secretario General en Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC)