El pasado 20 de noviembre, el sector vivió una de las jornadas más interesantes desde el punto de vista del marketing y la innovación de los últimos años. Los más de 150 asistentes a la I Jornada Vigilancer pudieron disfrutar de ponencias interesantísimas que trataron de hacer reflexionar a un sector que comienza de nuevo su despegue, tras años de lucha titánica sin precedente, según los datos históricos presentados.

El sector ha salido de la crisis y se ha encontrado con un escenario totalmente diferente al que tenía en 2007. El tipo de consumidor, la tipología de productos, los gustos, estilos, formatos, y los mercados a los que vendemos… Todo ha cambiado y el sector tiene muchos retos tecnológicos por delante.

El marketing es marketing digital, o como nos comentaba uno de los ponentes, mucho más que marketing digital. Ya no se puede hablar de los dos términos por separado como si no tuvieran nada que ver. Marketing y Marketing digital son una misma cosa.

La inteligencia competitiva se perfila como otra de las necesidades ya inmediatas. Articular sistemas de inteligencia en las organizaciones es algo en lo que se debe trabajar seriamente.

También la marca. No podemos vender solo a precio, en un mundo tan competitivo hay que articular marcas. Uno de los ponentes lo dejó claro: el sector puede apostar también por las marcas como otros sectores industriales han hecho. No somos proveedores de gran consumo, pero podemos y debemos igualmente hacerlo. Ya no tenemos escusas.

Y finalmente la innovación. Somos un sector ejemplo en este campo, pero hay que articular procesos eficientes de innovación. Que sabemos innovar lo hemos demostrado, ahora falta profesionalizar mucho más estos sistemas y arriesgar hacia nuevos campos.

Finalmente, vinculado a varias de estas claves de futuro, me gustaría aprovechar la ocasión para animar a las empresas del sector a comentar sus inquietudes y necesidades en lo que respecta al concepto de Industria 4.0.

Como muchos de vosotros ya conocéis, bajo este concepto se engloba una visión del proceso de fabricación y de toda su cadena de valor completamente informatizada, con todos los procesos sensorizados e interconectados mediante redes inalámbricas, especialmente mediante Internet de las Cosas ( IOT ), todo ello con el objetivo de optimizar el proceso en múltiples aspectos (consumos, costes, tiempos de fabricación y entrega, calidad, ventas…).

Ahora es el momento, porque dar este paso ya significará pertenecer al grupo de cabeza del sector en esta revolución del proceso, obteniendo importantes mejoras de la competitividad frente a la gran mayoría de empresas fabricantes. Otro de los motivos que puede ayudarnos es que se puede acceder en la actualidad a múltiples vías de financiación enfocada a este campo, por lo que abordarlo económicamente puede resultar mucho más sencillo.

El ITC ha dedicado durante los 2 últimos años un importante esfuerzo para dotarse tanto de personal como de recursos materiales para afrontar esta revolución, y consideramos que en la actualidad se dispone de las capacidades suficientes para ayudar a dar ese paso a cualquiera de las empresas del sector que lo necesite.

Solo me queda desearos, a toda la industria cerámica, a los técnicos y a todo nuestro personal unas felices Navidades y afrontar el Año Nuevo con una fuerte dosis de ilusión.

Pepe Castellano

Presidente de AICE-ITC