¿Quienes somos?, ¿de donde venimos?, ¿a dónde vamos?
No se trata de ponernos filosóficos, pero, si en el ámbito de nuestra empresa, somos capaces de responder a estas tres preguntas, tendremos mucho más allanado nuestro camino al éxito.
Puede parecer sencillo, al fin y al cabo son tres preguntas simples y directas, pero no lo es tanto. Requiere un profundo análisis de la empresa, y (aquí viene el problema) un trabajo de absoluta honestidad y franqueza con nosotros mismos y nuestras posibilidades.
En realidad, no estoy hablando más que de abordar de una forma más intuitiva esa realidad que todos admitimos pero que muchas veces, empleando multitud de excusas, ignoramos: la necesidad de diferenciación, de posicionar nuestra marca. En definitiva, la búsqueda de nuestro lugar en el mundo.
Obra: Gauguin, P. (1897) ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, (cuadro) recuperado de la página pinturayartistas.com
Veamos con un poco más de detalle las tres preguntas en cuestión, cambiando un poco el orden:
¿De dónde venimos?
Salvo que sea de reciente creación, nuestra empresa tendrá un pasado, con sus aciertos y errores. Aquí es donde debemos centrar el análisis, en las cosas que se han hecho bien (y por qué), y en las que se han hecho mal (y por qué). Como he dicho antes, la honestidad con nosotros mismos es fundamental: algunos de nuestros éxitos habrán sido involuntarios (pura casualidad, errores de nuestros competidores, etc.), y habrá errores que nos costará admitir, por muy evidentes que hayan sido.
¿Quiénes somos?
Nuevamente, la franqueza a la hora de responder a esta pregunta es imprescindible. Podríamos desglosarla en dos: ¿Por qué vendemos a los que nos compran? y ¿por qué no vendemos a los que no nos compran? Siempre, claro, comparándonos con nuestra competencia y teniendo en cuenta que no hay rival pequeño. Y analizando si lo que nuestros clientes valoran de nuestra empresa es lo que a nosotros nos interesa que valoren.
¿A dónde vamos?
Hemos tomado nota de los errores pasados (para no volver a caer en ellos), y también de los aciertos (para intentar repetirlos). Sabemos nuestra posición hoy. Ahora es el momento de trazar nuestro camino.
Para responder a esta tercera pregunta lo importante es ser realista. Como no es posible ser los mejores en todo, hay que encontrar algo en lo que sí lo somos y apostar por ello.
Si somos capaces de hacer este pequeño ejercicio, y repetirlo periódicamente, tendremos un DAFO de andar por casa, sin necesidad de gurús ni asesores expertos, que nos será muy útil a la hora de definir nuestra estrategia. No hace falta recalcar la importancia de poder tomar decisiones estratégicas acertadas a medio y largo plazo: normalmente, en el mundo empresarial no existe el más allá, ni hay reencarnación.
Rogelio Vila
Director General en Equipe Cerámicas