Dejemos aparcado el carruaje, por favor
Si, ese mismo carruaje de caballos al que Karim Rashid hacía referencia en el famosísimo documental sobre diseño Objectified. Si no has visto este documental, no sé qué haces leyendo esto todavía y no vas corriendo a verlo… Pero si prefieres que te haga un resumen, te diré que Karim explicaba con el símil del carruaje lo absurdo de vivir en un mundo absolutamente moderno y a la vez seguir diseñando con materiales y formas de hace siglos. ¿Qué tiene que ver esto con la cerámica? Pues todo.
Si preguntaras a muchos diseñadores de interiores o arquitectos, aún te dirían que un buen interior ha de diseñarse con materiales naturales. La madera del suelo ha de ser natural, el mármol de la encimera a poder ser de Carrara y descartan automáticamente la cerámica como material de revestimiento para estancias que no sean el baño o la cocina. Eso si, por favor quítate los tacones al entrar a sus casas no vaya a ser que les marques el parquet…
¿No os parece curioso que donde algunos ven innovación y desarrollo otros vean plagio barato? El cerámico es posiblemente a día de hoy el sector que mejor copia cualquier material existente en la naturaleza (sí, he dicho copia, no me tiréis a la hoguera…). Pero ¿por qué esta cualidad es vista como algo tan negativo? Si un consumidor busca un revestimiento con aspecto de madera, pero resistente al paso de los años, ¿por qué hemos de privarle de ello?
Máxime si nos ahorramos la tala de unos cuantos árboles. No podemos obviar que un pavimento cerámico siempre será técnicamente superior a cualquier parquet o mármol natural. No requiere prácticamente mantenimiento, es duro, es aislante, resistente a casi cualquier producto de limpieza y por supuesto es impermeable a la humedad y a los agentes patógenos, cosa que no nos viene nada mal en estos momentos.
Sin embargo, además de poder imitar cualquier material, la cerámica tiene un valor estético por sí misma y con sus infinitos acabados. En este sentido, los diseñadores nos esforzamos cada día por desarrollar también cerámica que no se parezca a nada más que a cerámica, potenciando su gran belleza como material.
El carruaje de papel
No me gustaría terminar estas líneas sin hacer mención a otro “carruaje” de nuestro sector, la promoción. En plena era digital, el sector reparte millones de catálogos impresos cada año, ¿os imagináis el impacto ecológico que esto supone? Mas tarde y con suerte, esos mismos catálogos pasaran a formar parte de unas estanterías que se parecen más a la biblioteca de Hogwarts que a un lugar de trabajo ordenado…
Seria fantástico diseñar tiendas que utilizaran la tecnología a nuestro alcance a fin de minimizar el número de expositores, catálogos, muestrarios y demás elementos promocionales. Los mismos elementos que, en muchas ocasiones, no hacen más que saturar las tiendas y la mente de un cliente que siente encontrarse en un zoco árabe en vez de en un establecimiento pensado para diseñar el hogar de sus sueños.
Evidentemente no creo tener la solución a todos estos problemas, ¡ojalá! pero si estoy convencido que, en plena crisis sanitaria, económica y ecológica, nos iría mucho mejor si nos centrásemos en utilizar los recursos a nuestro alcance de una forma más inteligente.
Marketing Manager WOW Design