José Gustavo Mallol Gasch, director de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE)
10 años pilotando una nave tecnológica al servicio de la Industria Cerámica
El 13 de mayo de 2013 fui designado director de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE). Un verdadero honor para mí, ya que llevaba en la “casa” casi 25 años en diferentes puestos, y a la vez algo totalmente nuevo, pues siempre había estado pegado a los laboratorios, las empresas y también a las aulas.
En el Consejo Rector de AICE del 14 de septiembre de 2023 comuniqué mi decisión de cesar en el cargo como director de la asociación. En ese mismo Consejo se diseñó un cambio tranquilo y continuista, con un periodo de transición de 4 meses, acordando que, a partir de enero de 2024, fuera Yolanda Reig Otero, actual secretaria del Consejo Rector de AICE, una persona también de la “casa”, quien tome los mandos.
La decisión no fue fácil. Lo medité mucho durante meses, lo consulté con mis familiares, con gente muy allegada y, sobre todo, lo consulté mucho conmigo mismo. Al final tomé la decisión porque sentí que, tras 10 años vertiginosos, en la actualidad la institución estaba en un punto estable, saneada económicamente, con una plantilla con mucho talento y preparada para ayudar a las empresas a afrontar los retos del futuro.
Cuando llegué a la Dirección en 2013 la situación de AICE, como la de las empresas de nuestro sector, era muy difícil. Una crisis económica mundial, provocada fundamentalmente por una burbuja inmobiliaria, había abocado al sector a una situación turbulenta, con cierre de empresas y destrucción de puestos de trabajo. Nuestra situación no era mucho mejor, perdimos en 3 años el 40% de la plantilla, pasando de 140 a 85 personas, la actividad se desplomaba, y el sector público también. AICE tenía una deuda con diferentes instituciones de 3,6 millones de euros, más del 85% de los ingresos en 2013. Sentí vértigo, mucho vértigo…
Afortunadamente estaba rodeado de un gran equipo de personas, remamos todos a una (Consejo Rector, dirección y plantilla), hicimos toda clase de esfuerzos y nos apretamos mucho, mucho, el cinturón. De ese modo, pudimos salir adelante.
Actualmente contamos con una plantilla de 130 personas, la institución está saneada, no tenemos deudas, nuestros proyectos y actividad ha crecido en el último año hasta alcanzar el máximo histórico de la Asociación, con unos ingresos por actividad en 2023 de casi de 8,5 millones de euros.
En estos 10 años, la actividad ha sido frenética. En 2019 abrimos una nueva sede en Almassora, hasta entonces un edificio “fantasma”, donde trabajan actualmente 45 personas, que ampliamos en 2022 con una planta piloto. En 2020, junto con la UJI, arrancamos un Máster en Tecnología Cerámica, cuya edición actual cuenta con 29 alumnos. Nos hemos incorporado al proyecto REDIT Ventures, para tratar de generar spin-offs a partir de los resultados de los proyectos públicos; hemos actualizado y reformado los estatutos de la asociación.
En estos diez años hemos ejecutado 946 proyectos de I+D, entre los que destacan: el desarrollo de sistemas de control automático del prensado y la atomización, el estudio de la problemática de la sílice cristalina respirable, el diseño e implantación en Benicàssim de un sistema de drenaje cerámico sostenible, el desarrollo junto a ASEBEC de una guía sectorial de la industria 4.0, la publicación de una guía para la ruta hipocarbónica de la industria cerámica de Castellón, la construcción de demostradores de la industria hipocarbónica (hornos eléctricos de resistencias e inducción, secadero de microondas, cámara de combustión de hidrógeno, etc.), la recuperación de metales estratégicos y la regeneración de cátodos de baterías ion-litio, etc.
En el ámbito de la difusión de los resultados de proyectos públicos, se han impartido 268 cursos de formación, se han presentado 389 trabajos de investigación en Congresos, se han publicado 215 artículos de investigación en revistas científicas de carácter nacional e internacional y se han presentado 26 tesis doctorales. En el ámbito de la certificación de producto, se han realizado 42.161 ensayos para acreditar la calidad de los productos cerámicos.
En este momento vislumbro nubarrones en el horizonte de la Asociación con los que tendremos que lidiar. El más importante es la situación de las empresas cerámicas, que están sufriendo un huracán en todos sus frentes: crisis de demanda, incremento de los costes, deslocalización, descarbonización, etc. Siempre estaremos al lado de nuestro sector cerámico, como parte del clúster; de hecho, cuando las empresas sufren, nosotros, tarde o temprano, sufrimos también, como se demostró en la crisis del ladrillo de 2009-2014. En este sentido, el apoyo de todas las administraciones públicas debe ser firme y decidido por la I+D+i, tanto para las empresas como para los Centros Tecnológicos, incluso creciente en periodos de crisis. Sin innovación no hay solución. Numerosos estudios demuestran que aquellos países que mayor porcentaje de su PIB invierten en innovación, de manera clara, sostenida y sin dudas, salen antes de las crisis económicas.
“Y…ahora, qué…”
Esta es una pregunta que me han hecho varias personas, como es natural…desde luego, voy a seguir trabajando para la institución, aunque me focalizaré en otras tareas, a las que desde la Dirección hemos decidido dar un nuevo impulso, como la transferencia de los resultados de las investigaciones, fundamentalmente apoyando la creación de spin-offs y a seguir consolidando el máster, cuya codirección voy a seguir ejerciendo.
Quisiera dar las gracias a todos los miembros de los diferentes Consejos Rectores de los últimos 10 años, por la confianza depositada en mí y su apoyo, al igual que al equipo directivo (Eliseo, Arnaldo, Yolanda, Javier y Gonzalo), a REDIT, a las asociaciones empresariales, a empresas con las que colaboramos muy de cerca, a la administración pública que ha impulsado nuestros proyectos de I+D+i, especialmente al IVACE, y cómo no, a toda la plantilla del ITC-AICE;. Sin todas esas personas y su fuerza de voluntad, su talento, creatividad, ingenio, bondad y sentido del humor aun cuando las cosas no fueran lo bien que querríamos, habría sido prácticamente misión imposible llevar a cabo este desempeño. Gracias también a las personas que habéis estado y ya no estáis…
Finalmente, por si me dejo a alguien, UN ABRAZO MUY GORDO a los que habéis contribuido al desarrollo de este ilusionante proyecto, porque al final, lo importante, son las personas.
Director de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE)
