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Reutilizar materiales de construcción: una apuesta por la economía circular

La economía circular representa una alternativa fundamental y necesaria al modelo económico lineal vigente (extraer-fabricar-utilizar-eliminar), insostenible a todas luces, en el que los recursos naturales se consideran prácticamente inagotables. Así, uno de los principios básicos sobre los que descansa el paradigma circular es mantener la utilidad de los productos, componentes y materiales durante el mayor tiempo posible, conservando también su valor. De esta manera, se minimiza el consumo de recursos naturales y de energía, al tiempo que se reducen las presiones medioambientales relacionadas con la extracción de recursos, las emisiones de CO2 y la gestión de residuos.

En la actualidad, los residuos de construcción y demolición representan algo más de un tercio respecto del volumen total de residuos generados en la Unión Europea. En muchos casos la gestión de estos residuos se basa, en gran medida, en operaciones de bajo valor añadido, como el uso de cemento reciclado y triturado en la construcción de carreteras. Sin embargo, tal y como señalan los expertos, existen acciones tales como la reutilización de elementos constructivos, que pueden contribuir en gran medida a aumentar la circularidad en el sector de la construcción. Esto implica recuperar productos y materiales que previamente han formado parte de otro edificio, debidamente reacondicionados o redimensionados, pero en ningún caso reprocesados. Los tipos de materiales que pueden recuperarse van desde el ladrillo, las secciones de acero, la madera, marcos de ventanas, azulejos e incluso las manillas de las puertas. En esencia, es una forma de concebir las ciudades como almacenes de materiales para el futuro.

Reutilizar materiales de construcción: una apuesta por la economía circular CURIOCERAMICS

Sin embargo, la realidad es que el porcentaje de reutilización de materiales de construcción es extremadamente bajo. Por ejemplo, en el noroeste de Europa tan solo el 1% de los elementos de construcción se reutilizan tras su primera aplicación. Así, a pesar de que gran parte de estos elementos son técnicamente reutilizables, acaban siendo reciclados por trituración o fundición, o directamente eliminados. El resultado es un elevado impacto medioambiental y una pérdida neta de valor económico.

Con la premisa de facilitar el flujo de elementos constructivos en Europa para su reutilización, surgen iniciativas como la del proyecto Interreg NWE – FCRBE, basado en una asociación internacional en la que participan organizaciones especializadas, asociaciones comerciales, centros de investigación, escuelas de arquitectura y administraciones públicas. El proyecto, entre otras, ofrece herramientas tales como un método de auditoría previa a la demolición que permite la identificación de aquellos elementos que presenten un alto potencial de reutilización, obteniéndose un inventario de elementos recuperables, debidamente identificados y descritos en términos de sus características técnicas e impacto ambiental asociado.