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Jesús Valero, Export Manager en Maincer

La crisis Covid-19 y la necesidad de la I+D+i para sobrevivir

31 de Enero de 2020. Aparece el primer caso positivo por Covid-19 en suelo español en La Gomera (Canarias) a partir de ese momento nada volverá a ser igual. 30 de Marzo de 2020, se decretan 15 días de cierre total para empresas “no esenciales”. Muchas horas en casa teletrabajando y sobre todo, pensando. Durante aquellas dos semanas y hasta ahora, recurrentemente en estos 9 meses pienso en la I+D+i. ¿A santo de qué? Como cualquier persona en puestos de ventas, nuestro pensamiento tiende siempre a aumentar “los números” año tras año. Quizá en años como éste más que aumentar nos conformaríamos con mantener o, si me apuras, no bajar demasiado las cifras. Al final depende mucho del optimismo o pesimismo de cada uno. Estoy convencido que el pensamiento de la mayoría del personal de ventas de nuestras empresas es hay que sobrevivir. Pero ¿qué hay que hacer para sobrevivir? Mejor dicho, ¿qué condiciones deberían darse para que nuestras empresas sobrevivan ante la coyuntura que sobreviene?

 

Esta  vez el “golpe” (y me refiero a la crisis del covid) ha sido para casi todos los sectores (exceptuando los fabricantes de geles hidroalcohólicos, mascarillas y demás relacionados) por lo tanto las ideas que aquí se exponen podrían hacerse extensivas a otras industrias.

 

Me he dado cuenta de lo socorrido que es el término diversificación en épocas de crisis. Diversificar, a nivel empresarial, no es otra cosa que aumentar el horizonte de mercado: expandirse, crecer, abrirse. Ya por el 2008, ante el estallido de la anterior crisis, muchas empresas se aventuraron a la diversificación y muchas de ellas lo lograron con éxito. Pero, ¿por qué en épocas de crisis se piensa en diversificar con lo que ello supone? La respuesta es sencilla: queremos, como mínimo, sobrevivir. Es un puro ejercicio de necesidad humana: está grabado en nuestros genes. Como dirían mis abuelos, diversificar es “repartir los huevos en más cestos”. Más “cestos” puede ser vender en nuevas zonas geográficas, vender nuevos productos para nuevas industrias o incluso vender los mismos productos en otras industrias que hasta ahora no habíamos pensado. De momento la “supervivencia” la aparcamos para retomarla más adelante.

 

En nuestro sector, que es el de la fabricación de maquinaria industrial (predominantemente para la industria cerámica) la diversificación se hace preferentemente en tres frentes: diversificar con las mismas máquinas otras industrias, diversificar con nuevas máquinas en otras industrias y diversificar con las mismas máquinas en otras zonas geográficas. Por suerte en el tercer caso tenemos ya experiencia, puesto que a la sombra de los colorificios cerámicos hemos ido allá donde una nueva planta de cerámica se iba a proyectar. Pero, ¿cuál es el quid de la cuestión para abordar las otras dos? En mi opinión gran peso del éxito en esas dos maneras de diversificar reside en la I+D+i.

 

Vale, invirtamos en I+D+i, ¿cómo financiamos la inversión? Para la pyme destinar parte de sus recursos financieros a la investigación supone en la mayoría de ocasiones un lastre. Esa inversión, clarísimamente tendrá efectos positivos en la cuenta de resultados a largo plazo pero, en el corto plazo será una losa que difícilmente pueda arrastrar. Dada la incertidumbre que nos rodea (desde hace ya tiempo) es comprensible que las pymes declinen en muchas ocasiones proyectos de investigación si éstos no vienen financiados por la Administración o si dichas inversiones no se traducen en incentivos fiscales. Para muchas pequeñas y medianas empresas el corto plazo significa que los recursos financieros van dedicados a lo esencial para seguir abiertos: pagar a trabajadores, proveedores, acreedores, impuestos, etc. Muy atrás queda la investigación, si es que realmente se llega a considerar.

 

Sólo por arrojar unos datos, en España seguimos a la cola de Europa en inversión para I+D+i (una vez más). Si contextualizamos, en 2018 se invirtió en España un 1,24% del PIB en I+D+i, mientras la media Europea se situaba en el 2,12%. Ya ni hablamos de países como Dinamarca, Alemania o Suecia, que están por encima del 3%, es decir, cuando éstos están ya en meta nosotros estamos todavía calentando.

 

La I+D+i es clave para la economía y en esta época post-covid lo será aún más”

España necesita políticas de Estado reales y no simples gestos de los diferentes gobiernos que nunca se materializan en recursos reales. Necesitamos la I+D+i para generar valor añadido y dar a nuestros productos ese “extra” que nos permita equipararnos con nuestros vecinos europeos. Competir en precio está muy bien para determinados productos y mercados pero hasta para eso necesitamos la investigación. Las administraciones en España deben apostar fuertemente por la investigación y dar la oportunidad no sólo a las grandes corporaciones, sino a las pymes con afán innovador. La innovación y la investigación deben ayudar a nuestra industria a ser más respetuosa con el medio ambiente, a conciliar la vida familiar y a dar mayor seguridad y salud a nuestros operarios.

 

Por todo lo anterior, para sobrevivir a esta época post-covid exijamos a nuestros gobernantes la firme apuesta por la I+D+i. Esa apuesta que nos permita diversificarnos en un espectro multinivel y que no deje atrás a los grandes creadores de empleo de este país, las pymes. El fácil acceso a la investigación y la incentivación de éste mediante exenciones y beneficios fiscales creará empresas fuertes, con empleos de alto valor añadido que no sufran las tensiones del mercado laboral (o al menos no tanto) cada vez que una crisis, sea del tipo que sea, aceche a nuestra economía.

 

Jesús Valero

Export Manager en Maincer